Se que lo he dicho un montón de veces, pero no me puedo cansar de repetirlo: me encanta que finde tras finde pueda conocer tanta gente nueva, compartir momentos únicos con un montón de familias a lo largo del año, compartir también esas emociones, nervios y hasta alguna lagrimilla que intento disimular muchas veces cuando las palabras de algún invitado me tocan la fibra, incluso a veces llegar a crear unos bonitos lazos de amistad con algunas parejas.
Si, me encanta lo que hago, disfruto con ello y por eso siempre me gusta darlo todo cuando confían en mi para un día tan especial. Y hoy os traigo la historia de Karla y Jose. Podrían ser una pareja más de todas las que pasan por mi blog cada semana, pero no lo son, ni ellos ni ninguna de las más de 100 parejas con las que he tenido la suerte de coincidir en el camino de la vida, cada una de ellas tiene su propia historia, tan bonita, especial y única como las demás.
El punto de inicio fue Alcorcón, donde haría los preparativos de ambos novios y la ceremonia, por lo que estaba cerquita de casa y esta vez no tuve que hacer muchos kilómetros. Jose me esperaba en casa de su padre acompañado también de su hermana, un hogar lleno de historia, y no solo de una familia, sino de un montón de reliquias que habían perdurado a lo largo del tiempo y que el padre de Jose había guardado y cuidado con mucho mimo. Además, eran una familia de musicos, algo que a lo largo de la boda pude ver y sobre todo escuchar.
Karla por su parte me esperaba en un hotel cerquita de la casa de Jose, acompañada por su madre y poco después también por su padre que llegó para poder contemplar a su hija con ese blanco radiante del vestido de novia, a los dos se les caía la baba con su pequeña.
La ceremonia fue en la parroquia de San Saturnino, a pocos metros de la casa de Jose. Fue una ceremonia larga, pero llena de momentos muy especiales… emocionante la entrada de Jose junto a su padre y la fotografía de su madre, y no menos emocionante la llegada de Karla agarrada al brazo de su padre, se podía ver en su cara ese orgullo que debe sentir cualquier padre en un momento así. Mientras en ese mismo instante de la llegada de la novia, el padre de Jose deleitaba los oidos de los invitados tocando el violín. Y entre tantas emociones un regalo para Karla muy especial, y es que su abuelita había podido venir a su boda desde Ecuador para poder acompañarla en un día tan señalado… que cosas tan bonitas nos da la vida!
Tras la ceremonia, el siguiente destino era el Palacio de la Misión, donde se celebraría el banquete y la fiesta. Antes de eso hicimos una breve parada en el lago de la casa de campo para poderles hacer algunas fotillos de exteriores, pero sin liarnos mucho pues como tenemos post-boda decidimos que lo mejor era que disfrutasen lo máximo posible del cóctel con sus invitados.
Una vez terminado el banquete y la sobremesa, llegó el momento de la apertura del baile, que curiosamente no fue por parte de ambos novios, sino de Karla y su padre, ya que en Ecuador es tradición que la novia abra el baile junto a su padre. Tras este primer baile, Karla se ausento unos minutos para cambiarse el vestido de novia por uno más acorde al baile que tenía preparado con Jose, momento en el que Jose aprovecho para prepararle un sorpresón junto con su hermana… y es que cuando Karla apareció, Jose la estaba esperando micrófono en mano para dedicarla una canción junto a la guitarra de su hermana. Que os puedo decir de este momento… es difícil describirlo con palabras, había que estar allí para vivirlo.
Creo que no pude ver a ninguno de los presentes que no derramase unas lágrimas con la letra de la canción y sobre todo por el sentimiento con el que se estaba expresando Jose. Él mismo me dijo unos días antes cuando me comentó que la iba a cantar que no sabía si sería capaz, yo le dije que seguro que lo haría fenomenal, y así fue. Para mi sin duda el momento más emotivo del día fue este.
Y bueno, ya después del baile sabéis lo que viene… la fiesta, o en este caso el fiestón porque vaya juerga que tenían todos en la discoteca! como se notaba esa sangre latina!
Chicos, gracias una vez más por todo! gracias por ese detallazo que tuvisteis conmigo y con Viktor, y sobre todo gracias por confiar en mi para ese día tan especial. Sois muy buenas personas, me alegro mucho de que os saliese todo como queríais y de que pudieseis disfrutar de cada momento en vuestra boda… ahora tocará recordar con cariño todos esos momentos y espero que las imágenes que pude captar os ayuden a ello durante toda vuestra vida =)
Disfrutad de lo que os quede de viaje y a la vuelta nos vemos que aun tenemos una post-boda pendiente!! 😉