SESIÓN DE FOTOS EN UNA DE LAS PLAYAS MÁS BONITAS DE ASTURIAS
Después de unos días de ausencia vuelvo con una post-boda muy especial, un mes y un par de semanas después de la boda de Soraya y Javi en Corral de Almaguer, pudimos volver a vernos para cumplir uno de sus sueños, hacer una postboda en la playa de Gueirua. Os podéis imaginar la ilusión que me hizo volver como fotógrafo de bodas en Asturias.
Salimos el mismo sábado temprano, a las 8 de la mañana vinieron a buscarme y pusimos rumbo hacia tierras asturianas, un auténtico paraiso al que siempre que puedo me gusta escaparme. Llegamos al medio día y fuimos a Luanco a comer, después de buscar un buen rato un lugar, ya que el pueblo estaba lleno de gente por sus fiestas y por ser julio, encontramos un restaurante donde pudimos comernos unos cachopos de cecina riquísimos, eso si, de tamaño XLL, que bien se come por el norte! Con lo llenos que estábamos no nos quedó más remedio que ir al hotel para tumbarnos un ratillo y echar la siesta, al menos Javi y yo, porque Soraya tenía que prepararse y maquillarse para la sesión de post-boda, mi idea era empezar sobre las 20:00 a hacer las fotos para intentar buscar la mejor luz posible.
POSTBODA EN LA PLAYA DE GUEIRUA, UN PAISAJE DIGNO DE PELÍCULA
Una vez listos cogimos el coche en busca de la playa, a la que a pesar de haber ido unas 4 veces, siempre me costaba encontrar la entrada al camino que lleva hacia ella, pues es una playa bastante escondida, para las que no la conozcais os la recomiendo, la playa de Gueirua, muy cerca de Cudillero. Tras aparcar, cogimos todas las cosas y entramos en el pequeño sendero que nos llevaría hasta el borde del acantilado, donde cogeriamos unas largas escaleras que te llevaban directamente a la playa, la bajada no fue muy complicada… pero luego nos tocaría subir para volver…
Tras llegar a la playa, Javi y Soraya se volvieron a enfundar su traje de novio y vestido de novia, ya estabamos todos listos para comenzar con la sesión. No os voy a decir que fue una postboda fácil, pues el terreno rocoso dificultaba mucho los movimientos, en especial los de Javi con sus zapatos, ya que Soraya pudo calzarse unas deportivas bajo el vestido, pero aun así había que andar con mucho ojo sino queríamos resbalarnos y terminar mojados y con un moratón.
No obstante, a pesar de las dificultades tengo que decir que se portaron los dos genial, se atrevieron con todo lo que les pedi, ya fuese subirse a una roca, como caminar entre piedras o ponerse casi debajo de alguna de las pequeñas cascadas que desembocaban en la playa. Recorrimos la playa, la cual tampoco es muy grande, hasta que llegó la luz del atardecer, que fue el momento donde más aprovechamos para hacer más fotos, usando además el velo que Soraya no pudo aprovechar bien el día de la boda, la luz era simplemente maravillosa! Os aseguro que hacer una postboda en la playa es toda una experiencia.
Además también contamos con la compañia de otra novia (aún no casada) que estaba haciéndose un reportaje de pre-boda con sus amigas y damas de honor… para que necesitar al novio? jejeje
LA PLAYA DE GUEIRUA: UNA JOYA ESCONDIDA EN LA COSTA ASTURIANA
Ya con el sol tras el horizonte, y aprovechando la poca claridad que quedaba del día hicimos las últimas fotos de la sesión, incluso ayudándome de una linterna para iluminar un poquito mejor… ya habían pasado unas 3 horas desde que comenzamos y tocaba quitarse los trajes y guardar el equipo para emprender el camino de vuelta.
A pesar de que nos habíamos pegado una buena paliza durante la sesión, todavía quedaba lo peor, deshacer el camino, pero esta vez cuesta arriba, unos 15 minutos de vuelta a oscuras, ayudados por la luz de la linterna, que se hicieron muy largos… pero al final del camino y tras haber cumplido el sueño de Soraya y Javi, nos esperaban unas buenas cerveza fresquitas y un montón de fotos aún por retocar.
Y como siempre, me gusta poder abrir boca con un pequeño adelanto, no podía ser menos en este caso. Aquí tenéis las primeras fotos de vuestra post-boda chicos. Muchísimas gracias, una vez más por haberme dado la oportunidad de inmortalizar vuestra boda y por haber confiado plenamente en mi para la localización de la post-boda, espero que a pesar de la paliza que nos dimos el sábado las fotos hagan que mereciese la pena lo «sufrido». Un abrazo para los dos!